El mundo de Runnia


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Poco se sabe acerca del mundo de Runnia fuera de las fronteras del joven imperio Noomi, pocos han sido los que se han aventurado a abandonar la tierra conocida en busca de otros territorios. La antigua sabiduría se perdió y el miedo a lo desconocido ha impedido a los humanos volver a extenderse como antaño lo hicieron. Incluso en las tierras habitadas aún hay oscuros rincones por explorar.


El sol, las lunas y el clima

Los ciclos solares en el mundo de Runnia son algo particulares, el sol no baña por igual a todas las tierras con su luz. La senda que sigue desde el amanecer al anochecer es siempre la misma, sin variación a lo largo de las estaciones, sin cambio a lo largo de los años. Cuanto más cercano a dicha senda se encuentre un lugar, mayor es la iluminación que le vierte el sol. Las horas de luz diaria también cambian dependiendo de la ubicación, pero sólo es perceptible cuando se trata de grandes distancias.

Siete son la lunas que surcan el cielo de Runnia. La influencia de cada una de ellas es la que marca el clima en cada zona; y también la iluminación, ya que son frecuentes los eclipses parciales. Sus efectos son mayores o menores según lo cercanas y nítidas que se observen en el cielo.

Los nombres que les dieron los konomi, los más influyentes entre todos los humanos, fueron: Ame, cristalina como el agua; Kouhyou, sólida como el hielo; Fubuki, blanca como la nieve; Fuusoku, ligera como el viento; Rakurai, fulgurante como el rayo; Noumu, espesa como la niebla.

Y por último, Kurai, la mayor de todas las lunas, una gran masa de oscuridad que surca el cielo portando malos presagios. Raramente se puede ver con claridad, pero pocos son los que se animan a caminar bajo su mirada cuando su presencia crece.


Geografía:

La Gran Sombra - La antiguamente conocida como La Tierra del Sol, antaño hogar de esplendorosas ciudades y poblada por los konomi, ahora es el lugar más temido de toda la tierra de Runnia. No se conoce a nadie que haya vuelto después de estar allí, de hecho ninguna persona querría ir jamás.

Aunque no se sabe qué criaturas la habitan se cree que está poblada de abominables seres y aberraciones que algún día fueron humanas, producto de la caída de La Sombra. Sólo de vez en cuando unas extrañas y horripilantes bestias aladas, llamadas Kraks, sobrevuelan las vecinas tierras imperiales atemorizando a la población.


El imperio Noomi - Joven, pero fuertemente asentado, el imperio Noomi se extiende poco a poco por las tierras del Gran Continente y las islas vecinas. Sus límites no están claramente definidos debido a aisladas escaramuzas con algunas tribus cercanas y, sobre todo, a la tendencia nómada de su población fronteriza.

El imperio está en continuo crecimiento, tanto territorial como cultural. Al margen de Ranavva, su capital, está formado en su mayoría por pequeñas ciudades rodeadas de aldeas, con sólidas rutas de comunicación y comercio entre ellas.


Los Montes de la Araña - Más conocidos como La Gran Araña. Es una gran cadena montañosa que se asemeja a la forma de un arácnido agazapado acechando a su presa. Reforzando esa similitud es bastante común encontrar a estos insectos por la zona e incluso, según creencias populares, existen grandes ejemplares muy venenosos que habitan en oscuras cuevas de las escarpadas laderas.

Los pocos habitantes que las moran suelen ser pacíficos, aunque bastante recelosos de los pocos viajeros que se acercan. Aún así cada vez son más los que establecen contacto con las ya cercanas tierras del imperio para comerciar o incluso ofrecerse a guiar a los viajeros por las angostas sendas entre las montañas.


La Costa Azul - Además de ser la mayor porción de tierra del Gran Continente que queda fuera del imperio, es la más alejada del sol. Esto hace que la vegetación del lugar tome un color azulado, lo que le da nombre a estas tierras.

Las habitan multitud de tribus nómadas que aún no se han unido al imperio, y que a veces entran en conflicto con el mismo. Pero también hay mayores asentamientos comparables a ciudades más cerca del mar, donde la abundancia de peces y agua facilita la vida sin necesidad de desplazarse continuamente.


Las Islas del Dragón - Aunque los mitos y creencias afirman que en ellas habitaban los dragones en la antigüedad, lo cierto es que nadie ha visto nunca a ninguna de esas legendarias criaturas. El nombre de este archipiélago de islas se debe más bien a su particular forma y a que es el único lugar en el que habitan unos curiosos reptiles llamados Kuiachi, que en cierta forma recuerdan a sus supuestos antepasados.

Las mayores de estas islas albergan grandes manantiales de aguas tintadas que son visitadas asiduamente por habitantes de todos los confines del imperio, que buscan en ellas sus conocidas propiedades curativas.


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