Dio un par de pasos para acercarse y abrazarlo con todas sus fuerzas; pero él, con un movimiento brusco, alzó el brazo y la detuvo en seco.
—Ahora no hay tiempo para nada más, varios grupos de soldados están buscando al general —un gesto inequívoco con la barbilla le dejó claro que era precisamente el soldado que yacía muerto en la torreta—. Si te encuentran primero te matarán, luego preguntarán.
—Pero si... —intentó replicar, empero tuvo que callar y atrapar una bolsa que Yonas le había arrojado.
—¡Rápido! Vete de aquí y no vuelvas nunca más, si quieres seguir viviendo.
Sus miradas se cruzaron durante un instante; la de ella indecisa y sorprendida, la de él seria y convencida. Dudó un momento, pero luego echó a correr.
Justo cuando las luces de varias antorchas iluminaban la escena cruzaba la linde del bosque y su rastro se perdía en la noche.
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